viernes, 17 de junio de 2022

VíaExtrema348, un reto a tu alcance?

Todo empezó hace meses, como en muchas otras ocasiones, gracias a las redes sociales, descubrí esta espectacular prueba. En un inicio fue una gran hazaña realizada por dos locos, dos amantes del mundo de la bicicleta y de su tierra, Juanma e Ismael, los organizadores y mentas pensantes de esta locura, recorrer Extremadura, de sur a norte, 340 km en 24h en modalidad non stop.




Por cierto, antes de que se me olvide, ya que es algo que en los tiempos que corren es raro que ocurra, tras realizar la prueba, todo el dinero sobrante recaudado, tanto de las empresas colaboradoras, un total de quince, como de las inscripciones de los participantes, se donó al proyecto dando color y calor, grupo de voluntarios que acompañan a los niños enfermos  de cáncer en 3 plantas de hospital materno infantil de Badajoz y les apoyan con material diverso para hacer sus estancias en el hospital lo más amenas posibles.


Además de crear una gran aventura han ayudado en una bonita causa.


Quedan pocos meses para la prueba, y junto a Antonio, mi buen amigo y compañero de batallas, empezamos a prepararla, y que mejor manera que reconociendo el recorrido por el que pasaremos. Vivimos en la localidad de Cáceres, una por las que se pasa en la prueba, y aunque nos conocemos la mayoría de los caminos del municipio aprovechamos para hacer entrenos de larga distancia, por ejemplo, Cáceres-Merida-Cáceres, Cáceres-Cañaveral-Cáceres, al igual que otro día hicimos Cañaveral-Baños de Montemayor-Cañaveral, en el que pudimos vivir en nuestras carnes la pestosidad de un tramo de esta última parte, debido al gran número de cancelas por las que se pasa, que hay que abrir, y claro, cerrar. Pero del mismo modo que esta parte tenía su punto negativo, también lo tenía positivo, y este era su belleza visual, el recorrido desde Cañaveral hasta Riolobos era por senderos y dehesas, en las que la vegetación estaba en su máximo verdor, lo que era una maravilla para los sentidos, al igual que pasar por unos de los monumentos más emblemáticos de esta prueba, el arco romano de Cáparra.



Semana previa, el entreno estaba hecho, gran parte del recorrido visto, ahora solo faltaba esperar el día. La organización no deja de informar y dar los últimos detalles, así como afinar y retocar el track que nos guiará en nuestra aventura, recordar que es una prueba no marcada, 100% navegación, aunque al usar gran parte de la vía de la plata, ésta ya tiene sus propia señalización.

Viernes por la tarde, llegamos a Real de la Jara, nada más llegar vemos a los dos organizadores de la prueba, Ismael y Juanma. Nos acercamos al hotel hacemos el checkin, cenamos y seguido vamos al brefing de la prueba, donde nos dan las últimas pinceladas de la prueba, así como la bolsa corredor (con maillot conmemorativo y detalles de empresas colaboradoras).

Suena el despertador, 03:45 de la mañana, desayunamos y nos preparamos para lo que se nos viene encima. Llegamos de los últimos a la salida, la cual se dió puntual, 05:02.

La salida es relativamente llevadera, una subida tendida empieza a crear los grupos que harán que la mayoría de los bikers no rueden solos, algo que no es nada aconsejable para una prueba tan larga. En nuestro caso rodamos un grupo de 6 bikers.



Se hace de día y llegamos a Tierra de Barros, zona de pistas anchas rodeado por viñedos, donde rodamos en grupo a gran velocidad.


Llegamos a Mérida, una de las localidades más icónicas de la prueba por su gran belleza, pero un fallo en la navegación hace que no pasamos por uno de sus monumentos más importantes, el acueducto.

En esta localidad nos espera el segundo avituallamiento, la prueba costa de varios, todos bien situados y cargados de diversa comida y bebida donde elegir (espectacular la empanada y los dulces, todos costeros, hechos por familiares de Juanma e Ismael).


Llegamos a uno de los tramos más duros de la prueba, Mérida a Alcuescar, es un continuo ascenso.

La cabeza me estalla, solo me alivia refrescarme con agua, llegamos a Alcuescar y los chicos del Ankay Team me dan un Paracetamol, pero me alivia poco, y no es porque haga un calor excesivo, algo no va bien.

Llegamos a Cáceres, donde nos están esperando en el avituallamiento la mujer de Antonio y nuestro amigo Javier, del club Albalá, cara que me alegra muchísimo ver.

Seguimos en solitarios pues los otros cuatro bikers con los que rodabamos se tomaron con más calma esta parada.

Llegamos al Casar de Cáceres, sigue el dolor, el mal cuerpo, una y otra vez le tengo que pedir a Antonio que baje un punto, e incluso recuerdo un frase suya "sino voy ni a 100 watios".

Llegamos a las primeras cancelas, lo teníamos super ensayado, yo abría, pasaba, agarraba la bici de Antonio y el cerraba, pero esta vez de nada valió lo planeado, como me vería que me dijo que él se encargaba de abrir y cerrar, que yo no me parase, así seguimos hasta los toboganes previos a entrar en las nacional.

Llegamos a la Nacional, y Antonio no deja de animarme, yo me mantengo callado, dándole vueltas a una única cosa, que no estoy bien, no estoy disfrutando, y que debo tirar la toalla. Se lo suelto de repente, "Antonio, estoy pensado en retirarme", intenta darme ánimos, pero la decisión ya está tomado. Decidimos que me quede en la entrada del "Tajo Mar" y así estar seguro, sin permanecer en la carretera. Antonio se va alejando poco a poco, y en un arrebato decido seguir, ya a mí ritmo, sin la tensión de saber que alguien va esperándome. Veo como Antonio se aleja poco a poco. Pero no seguí mucho más, había que ser realista y era un querer y no poder, por lo que me paro, llamo a Javi para pedirle a que venga a buscarme y después llamo a Ismael para informarle que me retiro, momento en que la rabia me inunda y rompo a llorar.

Me quedo en medio del camino, simplemente apollado en el manillar de mi bici, pensado, solo quedan 100km y tengo hasta las 5 de mañana, no tires la toalla, pero así no puedo seguir, un montón de ideas contradictorias inundan mi cabeza. Dos componentes del Ankay team llegan al lugar, y al verme se paran, les cuento mi decisión y decido bajar hasta la entrada del "tajo mar" en el descenso me cruzo con otros dos bikers.

A veces una retirada a tiempo es una victoria.

Es una prueba, dura, son casi 340km y muchos de los que estén leyendo esto quizás no se hayan hecho ni 100km en mtb. Pero para los que monten en bici de forma habitual no es excesivamente dura, ya que tiene mucho tramo de rodar, y el desnivel que tiene en relación con los kilómetros es más que asequible.

La organización, recordar son solo dos personas, ayudados de voluntarios, amigos y familia, pero solo dos personas que se han encargado de mover y gestionar todo, y todo salió a la perfección. No lo dudes, si te gusta el mtb o el gravel y la aventura, tienes que apuntar está prueba en tu calendario 

Esta edición no pudo ser, pero ya estoy esperando a las siguiente, que seguro que la habrá.


Hay carreras que se acaban y carreras en las que se aprende...






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